Lost in Translation, o perderse en la traducción

por Carlos P. Llop (@carlospllop)

Regresamos al especial Bill Murray y en esta ocasión vamos a hacer un repaso a bella historia narrada por Sofía Coppola. Una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo para quien esto escribe.
En ella se nos plantea el conflicto de dos personajes interpretados por Bill Murray y Scarlett Johansson (en uno de los papeles en los que más hermosa se la ve ante las cámaras, dejando de lado si el del primer plano es o no su trasero). Bob y Charlotte andan perdidos en medio de una cultura en la que no encajan y se sienten muy lejos de ese espacio de protección que todos entendemos como el hogar. Hundidos en sus respectivas vidas encontrarán un halo de aire fresco cuando ambos se conocen en el hotel en el que se disponen a pasar unos días.
La trama se desarrolla en el Tokio actual y Coppola se encarga desde el inicio de transmitirnos esa tendencia que tienen los japoneses a copiar ciertas características de la cultura occidental. Vemos como se refleja la devoción de nuestros vecinos asiáticos por seguir el modelo americano, y que estos no se cortan un pelo a la hora de lograr sus propósitos.  En este caso traen al reconocido actor Bob Harris (señol Halis, para los amigos nipones) interpretado otra vez de manera brillante por Bill Murray y, ni cortos ni perezosos, le apoquinan 2 millones de dólares para hacer un anuncio de whisky, dejando para la posteridad la escena con el mítico Momento Santori.  Quizás todo ello se nos plantea de un modo un tanto exagerado por parte de una directora que podría estar criticando estas tendencias. Aunque por otro lado también se nos muestra la parte del Japón “antiguo”, con una cultura oriental más arraigada. Los japoneses siempre han mostrado un respeto que seguramente no mantenemos en occidente, un amor hacia la naturaleza, distintos rituales... y ojalá fuésemos nosotros los que adquiriéramos sus costumbres en algunas de estas cosas.  

Que la historia se sitúe en Tokio, más allá de que Sofía Coppola haya ido allí muchas veces y todas las movidas que nos puedan contar, no es baladí. Podemos leer en la narración un importante y claro mensaje, y es que da igual que estemos en Tokio o en Meadero de la Reina, ya que uno de los “defectos” que tenemos en la sociedad hoy en día es precisamente el de la incomunicación. La metáfora del “perdidos en Tokio” funciona muy bien  para transmitirnos justo eso,  pero más allá del idioma y de todos los factores externos que nos saltan rápidamente a la vista, Bob y Charlotte están perdidos en sus propias vidas, como ya hemos apuntado. Nos encontramos ante una historia con la que cualquiera puede sentirse identificado ya que, tarde o temprano, aunque estemos rodeados de gente, todos nos sentimos solos e incomprendidos.  Es irónico que en una sociedad en donde cada vez hay más avances tecnológicos, que nos permiten una mayor y más fácil comunicación, tengamos tendencia a perder ciertos hábitos a la hora de transmitir lo más importante, nuestros sentimientos. Y esto parece que se empezaba a notar ya a principios del nuevo milenio, cuando no había llegado todavía la generación de las redes sociales más punteras (Facebook, Twitter, Instagram...).  

Road to the Oscars (II): 2015

por ALL (@Anlololo)


Echando la vista atrás, podemos decir que 2014 fue un buen año de películas. Como siempre en estos recopilatorios, empleamos los Oscars como excusa para hablar de las películas que más nos han gustado entre las nominadas. No es cuestión de echar espuma por la boca al maldecir los criterios de la Academia para nominar u otorgar el premio final. Y lo digo después de pasar un año toledano post-Frozen. Never forget.


Nightcrawler (D. Gilroy)
1 nominación: Mejor guión original

Hay veces en que el llanto sordo de los estudiantes en Comunicación Audiovisual o Periodismo en paro y sin expectativas de cambio suele silenciarse desde las instituciones y sectores neocon con nerviosos ademanes y un par de palabras: móntate tu propia empresa. Muchas y muchos son seducidos por el continuo discurso emprendedurista, aquél que convierte la sangrante cuota de autónomo en una suscripción a la marca de moda: Freelance. Nightcrawler capta la crudeza del entorno laboral actual y la impotencia de generaciones y generaciones de jóvenes al borde de la desesperación. En una época en la que abrir un blog permite ser el CEO de una empresa de “entre y 1-10 trabajadores”; o en la que para encontrar un trabajo nos dedicamos a emitir ruido por cada uno de los poros de nuestra piel (es decir, por cada uno de los perfiles personales en cada una de las redes sociales habidas y por haber) cada vez más alto, Nightcrawler sirve como aviso de las situaciones extremas en las que tantos se ven obligados a despojarse de su dignidad en pos de una carrera incierta en unos medios sin escrúpulos. Una película para proyectar el primer día en las facultades de Ciencia de la Comunicación.

La Lego película (P. Lord y C. Miller, Warner Animation Group)
1 nominación: Mejor canción original

Pese a la potencia de los nominados a Mejor película de animación de este año –destacamos aquí los deliciosos guiños al anime en Big Hero 6 (D. Hall y C. Williams, Disney, 2014)-, la noticia ha estado los que no lo están. La sonada ausencia de La Lego película entre las nominadas a mejor película de animación ha quedado parcialmente enmendada con la nominación a Mejor canción original de su theme song, Everything is Awesome. El tema es protagonista en la memorable secuencia inicial, una de las mejores denuncias a la alienación de la vida urbana contemporánea. De nuevo otra muestra más de que la animación, con todos sus excesos formales, no está para nada reñida con el comentario crítico de la sociedad actual.

Guardianes de la galaxia (J. Gunn)
2 nominaciones: Mejores efectos visuales y Mejor maquillaje y peluquería

He de confesar que no me he sentido demasiado atraído a la fiebre Marvel. Películas como la también nominada X-Men: Days of the Future Past (B. Singer), bien pero blanda y blanca, presentan un perfil demasiado industrial como para justificar el hype entorno al filón de las adaptaciones del cómic americano. No ha sido el caso de Guardianes de la galaxia, que si ya conquista con uno de los mejores trailers recientes, demuestra que el humor tiene cabida. Podemos atribuir buena parte de ello a la figura de James Gunn, que, como Sam Raimi, es uno de los nuestros: un cachondo del cine. No olvidemos jamás su colaboración con Suda51 en Lollipop Chainshaw (Grasshopper Manufacture, 2012). Gamberro con criterio, con Howard the Duck, sin tanta épica ni tanta historia.

“Cartas al padre Jacob” (“Postia pappi Jaakobille”, Klaus Härö, 2009)

por Carlos P. Llop (@carlospllop)


Un servidor siempre ha pensado que cuando uno ama el cine de verdad debería alejarse de los típicos prejuicios del  “sabelotodismo”  que suele darse en la universidad, donde el típico doc no deja de hablar de los grandes clásicos y tachar de cosas poco buenas al cine actual. O en ese otro sector que va de moderno y solo consume obras supuestamente independientes, o películas de Chaplin que echan en el ciclo tal, para hacerlo ver.  En definitiva, no nos damos cuenta de que nos estamos poniendo límites,  de que el cine es tan grande que si la intención es psicoanalizar,  se puede psicoanalizar hasta “Los bingueros”, disfrutar de Stallone partiendo cuellos o de una obra maestra de Hitchcock o Bergman. Todo tiene su momento. Así que, déjense de postureo señores y pónganse “Cartas al padre Jacob”. Como hubiera dicho mi abuelo: “Lo demés son bobaes”.

Pues en esas idas y venidas, a veces uno necesita alejarse de los blockbusters (esos que todos consumimos y que en ocasiones son penosos, si, pero en otras ocasiones nos divierten, y no poco) y un buen rincón para ello se encuentra en los países nórdicos.  

En este caso, en Finlandia, encontramos este pequeño gran filme dirigido por Klaus Härö y que merece la pena ver. Lo de pequeño es por su puesta en escena, con poquísimos personajes, su bajo presupuesto y su concisa historia.  Lo de grande es por su bella fotografía, su modo de transmitir la historia y, aunque para muchos puede tratarse de una narración lenta, por lo bien contada que esta está y lo rápido que se consume. Si son solo 72 minutejos de nada...


En esta historia con pocos actores nos encontramos principalmente con Leila, una mujer que fue condenada a cadena perpetua pero que es indultada y a la que se le ofrece trabajar como ayudante del padre Jacob, el otro personaje principal de la historia. Un cura… si! Pero tranquilos, no hace falta ser ningún devoto para disfrutar de la trama, que al final habla de sentimientos, de valores, de encontrarnos a nosotros mismos cuando quizá estamos más perdidos que nunca.

Ágata (Carlos P. Llop, 2013)

por ALL 


¡Feliz Año, pecadores!

Empezamos fuerte el año en Espanish Inquisition con un estreno. 

Nuestro querido socio fundador, el cardenal Carlos P. Llop, comparte con nosotros en exclusiva mundial su ópera prima en el formato del cortometraje, ÁgataEste cortometraje sirvió como trabajo final para que nuestro querido amigo obtuviera, con todos los honores, el título de Máster en Nuevas Tendencias y Procesos de Innovación en Comunicación por la Universitat Jaume I.


Os dejamos aquí el link a Vímeo para que podáis disfrutar del corto en la máxima calidad.

El polifacético Sergi Mo (como Víctor) encabeza el reparto junto a David Collado (Arturo), Diana Redondo (Ágata) y el propio Carlos P. Llop (as himself)

Un músico que trabaja en una banda sonora para un cortometraje. Un guionista que habla con su personaje. Un director que abre el guión para encontrar unos títulos de crédito. Ágata es un cortometraje que tiene la virtud de arriesgarse (y acertar) en poner en práctica lo que se conoce como mise en abyme: la superposición, cual muñecas rusas, de varias narraciones en una sola. 

En este caso, toda esta complejidad narrativa de ecos woodyalenescos -no hay clarinete, pero sí comedia y un apabullante saxo en la excelente banda sonora compuesta también por el director junto a José Venzal y el protagonista, Sergi Mo- que nos acaba conduciendo por el a veces tortuoso proceso de la creación artística. Y es que tanto ese músico sin inspiración ante un encargo, como el voluntarioso guionista que no puede escapar de su empleo a tiempo parcial, son perfiles con los que todo aquél inmerso en la pelea por contar historias con pocos medios se identifica.


Todas estas capas hacen de Ágata un corto ambicioso pese a su modestia. Un claro ejemplo de que, a falta de una gran gama de recursos de producción, el talento del equipo artístico es capaz de arrojar frutos de una madurez que ojalá viéramos más en la cinematografía española contemporánea.

¡Difundan y comenten!

10 películas imprescindibles para una Navidad inquisitorial

¡Pues llegó la Navidad, una muy relevante fecha para el cine! 

En esta época de villancicos y cuñadismos varios, estos filmes clásicos navideños pueden (y lo hacen) salvar las sobremesas empachosas de las que conviene huir para preservar la cordura. Y en Espanish Inquisition no queríamos ser menos en la causa de la salud mental: aquí os ofrecemos una lista con nuestras películas favoritas para este periodo entre años.

por ALL 

SÓLO EN CASA (Chris Columbus, 1990)

No me considero un gran nostálgico de la infancia. Pero inevitablemente uno ha sido niño y lo que gustó una vez, quedó para siempre grabado con un halo de emoción que aguanta el tipo al revisar Sólo en casa. Esta película, como su secuela ambientada en Nueva York u otras como El peque se va de marcha (P. R. Johnson, 1994), supuso alguna de mis primera tomas de contacto con el cine (aunque fuera en brasero de mi casa, en Antena 3 y con la batería de anuncios de juguetes de turno). El motivo no es muy complicado, es la fantasía de todo niño burgués: libertad para hacer trastadas en una casa enorme, juguetes, macarrones con queso y toda una serie de trampas para el desarrollo del slapstick. Lo cierto es que Sólo en casa podría considerarse como un all-star de la comedia familiar. El guión es de John Hughes (autor de clasicazos del coming of age como El club de los cinco o La chica de rosa), la música es de John Williams y está dirigida por Chris Columbus (Gremlins, Goonies, Señora Doubtfire y la dos primeras de Harry Potter). Si a todo eso le añadimos ese ladrón canalla interpretado por Joe Pesci, ya tenemos la película de iniciación perfecta.

DESCUBRIENDO A FORRESTER (Gus Van Sant, 2000)

Para muchos una película menor de Van Sant. Para mí, la mezcla ideal entre un coming of age, cultura baloncestística, literatura y Nueva York. La historia del joven Jamaal del Bronx y su tormentosa amistad con el cascarrabias escritor Forrester (Sean Connery) es todo un cuento de navidad con una crítica (leve, eso sí) a los estereotipos y a lo estirao del habitante medio de Manhattan. En especial si es blanco y se dedica a la enseñanza. Agradable sorpresa la de encontrar en esta cinta a actores y actrices ahora consolidados como Anna Paquin o Michael Pitt en roles de juventud. En todo caso, ver pasear a Connery en bibicleta por un Harlem desierto con Gassenhauer de fondo bien vale una oportunidad. 

TOKYO GODFATHERS (Satoshi Kon, Madhouse, 2003)


La más accesible, por convencional, de las películas del aclamado Satoshi Kon, uno de los genios de la animación japonesa del nuevo siglo. Y es que, lejos de recurrir a los habituales excesos narrativos, la película de Kon es un tierno cuento de navidad en el que tres peculiares Reyes Magos -un travesti, un vagabundo y una adolescente a la fuga- encuentran abandonado a un recién nacido en la víspera de Navidad. La travesía por buscar a los padres del bebé adquiere tintes verdaderamente fellinianos, especialmente en el caso de unos personajes en busca de la redención de un pasado problemático. Maravillosa factura del estudio Madhouse para un clásico en las filmografías navideñas. 


'St. Vincent', San Bill Murray

por Carlos P. Llop (@carlospllop)
























Aprovechamos el estreno de St. Vincent (Theodore Melfi) para inaugurar un especial sobre Bill Murray (Lost in Translation, Cazafantasmas, Atrapado en el tiempo), actor que lleva a sus espaldas unos cuantos papeles interesantes que trataremos de ir repasando a partir de ahora.

En St. Vincent Murray interpreta a Vincent, un viejo solitario y cascarrabias que parece odiar al mundo y viceversa. Tras el pequeño accidente de un par de transportistas en el porche de su casa, se presentarán en su vida nuevos vecinos. Melissa McCarthy firma el dramático papel de Maggie, una madre recién divorciada que tiene que trabajar prácticamente todo el día  en un hospital para poder darle lo mejor a su hijo.  Accidentalmente tendrá que recurrir a Vincent para que cuide del pequeño Oliver, interpretado por el joven debutante Jaeden Lieberher, después del colegio. Vincent, que al principio es reacio, acabará pasando las tardes con el crio, cogiéndole incluso algo de cariño y dándole algún que otro ejemplo vital...  Con el avance de la trama veremos que al chico la compañía de Vincent le marcará más  de lo que parece. Si es que los críos son esponjas!

El hecho de contar con una trama bastante previsible no quita que estemos ante una película especial, sobre todo gracias a la brillante actuación de Murray, que consigue con ella una nueva nominación al Globo de Oro como mejor actor de comedia (este año hace doblete con su otra nominación como mejor actor secundario en un producto televisivo, en este caso por la recomendada miniserie de HBO Olive Kitteridge) aunque también podría estar perfectamente nominado a mejor actor de Drama. Y es que si algo caracteriza este film es justamente el toque de comedia dramática y su capacidad para hacerte soltar unas emotivas lágrimas y al minuto hacerte reír de forma que tengas que contener la carcajada.  Con todo, será difícil que Murray le quite el Globo de Oro a Michael Keaton. Veremos si le compensan con una merecida nominación al Oscar.  

Naomi Watts también hace un buen papel como Daka una "dama de la noche" que trabaja para Vincent, si bien es cierto que el doblaje con acento ruso queda bastante cutre, estará bien escuchar como lo hace en la versión original.  Chris O'Dowd interpreta al padre (o hermano, en este caso) Geraghty, que hace de maestro de Oliver en su nueva escuela. Su personaje sirve de motivo para meter en el guión un toque de humor con el tema de la religión donde, si bien a veces consiguen sacarte una sonrisa, quizá no hayan estado del todo acertados. La cosa daba para exprimirse un pelín más. En cuanto a la parte dramática, ayuda a justificar que la vida de Vincent sea un drama en si esa subtrama que narra la historia con su mujer, internada en un centro para mayores por problemes de salud. Lo dejamos ahí para no spoilear demasiado. Eso si, aguantad hasta el final porque los créditos tienen tela de la buena. Murray en estado puro! 

'[•REC] 4: Apocalipsis'. Así habló Zaratustra


por Carlos P. Llop (@carlospllop)


Zaratustra, o el barco en el que se da la acción de esta cuarta y divertida entrega de la saga Rec, hace referencia directa a la obra de Friedrich Nietzsche y seguramente no es casual... luego spoileamos un poco sobre ello.

Rec 4 no es una película de terror al uso, si no más bien “de tensión” como su director afirma en twitter.  Pero esto no tiene por qué ser un handicap, y depende de cómo se lo tome cada cual, ya que a la cuarta entrega además de pasar miedo, lo que busca el espectador es una trama que esclarezca (o desarrolle) un poco la historia, y si a eso le sumas ese rollo “de tensión” y un poco de humor (el cual ya debutó y para bien en la tercera entrega de la saga), tenemos una peli para pasar un buen rato, que no es ni más ni menos como debemos encararla.

El humor es ese recurso que quizá algunos no acaben de encajar bien, pero que ya utilizaban los grandes maestros del cine de terror. Y en esta peli el humor lo pone casi todo Ismael Fritschi (en la foto de la izquierda), y muy bien puesto. Su personaje, Nic, es la gran incorporación a la saga y mientras que, por ejemplo, al piloto del barco estás deseando que lo maten desde su segunda frase, por él empiezas a sufrir desde muy al principio. Cae bien el habilidoso informático. 


No nos gustaría desvelar la trama en demasía pero si haremos hincapié en que las formas de narrar utilizadas por Balagueró mantienen la evolución en la saga. Cámaras justificadas por todo el barco, que siempre dan ese rollo “realista” o “documental” que ayuda a aumentar la adrenalina, todas ellas entrelazadas con la cámara cinematográfica. Un montaje que en ocasiones pretende confundir al espectador, o lo consigue sin pretenderlo, para que se sienta atrapado y no sepa hacia qué lado del barco escapar. Y, por supuesto, bastante buenos los elementos utilizados para enlazar con las anteriores entregas [SPOILER](esa cámara recuperada de la primera y segunda pelis o esa señora desconcertada de la 3, no digo más)[FIN DEL SPOILER].

Destaca esa potente secuencia inicial que nos lleva de regreso al famoso edificio y sirve, además, para presentarnos algunos de los nuevos personajes. Y por supuesto la re aparición de Ángela (Manuela Velasco) que, con permiso de Leticia Dolera (y su gran papel en la tercera entrega), es la chica REC. En los minutos iniciales de intriga, suspense y acción te preguntas ¿y cómo c.. vamos a acabar metidos en un barco? Esto va a ser una gran cagada... pero no, todo ello se justifica de una forma sencilla y lograda en forma de una nueva trama bastante eficiente (predecible, si), que deja claro que no es aquí precisamente donde patina el guión.

Bien que tiene cosas metidas con calzador, que hay puntos que se podrían mejorar... Pero qué demonios! lo dicho, hemos venido al cine a divertirnos y nos hemos divertido. 

Samurái (Hiroshi Inagaki, 1954)

por Carlos P. Llop (@carlospllop)

Con este post damos comienzo a un apartado que tendrá bastante importancia en Espanish Inquisition y que abarcará un poco de la historia del cine japonés (una pasión oculta, o no, de quien escribe). En este caso nos centraremos en el cine Japonés de carne y hueso (de samuráis, of course, pero no solo eso), ya que para el anime contamos con todo un experto en materia como es ALL y, aunque puede que en un tiempo un servidor se atreva a hacer algún pinito por esos lares, el grueso de esa importante vertiente queda a muy buen recaudo en sus manos.

Aunque se trate de un filme menos conocido que obras maestras como las que trataremos en breve: "Los siete Samuráis" o "Yojimbo" de Akira Kurosawa o "Harakiri (Seppuku)" de Masaki Kobayashi, damos el pistoletazo de salida con la primera entrega de la trilogía que Hiroshi Inagaki dedicó a la figura del Samurái. 


Toshiro Mifune (nombre que iremos repitiendo hasta la saciedad de ahora en adelante) interpreta a Takezo, el protagonista de la trilogía. Mifune es el actor más carismático del cine samurái y cualquier película en la que él aparece gana por su simple presencia. Digamos que podría ser como un Bruce Willis en su pleno explendor (cuando tenía más pelo, hacía aquello de los morritos y no encadenaba un número importante de pelis truño total a sus espaldas), pero aun con más carisma. Destacan en él su poder interpretativo, esa forma de gritar el japonés, sus gestos corporales y faciales, su manejo de la katana...  una serie de factores que lo convirtieron en el icono representativo dentro de este género del cine nipón.   

Takezo y su amigo Matahachi abandonan el pueblo para luchar con su ejército, pero tras ser derrotados se refugiaran en casa de Oko, una viuda que vive con su hija. A las dos mujeres se las presenta como bastante faltas de compañía masculina y veremos como intentan seducir a Takezo. Sin embargo será su amigo Matahachi el que acabe sucumbiendo a Oku, después de un fallido intento con su hija, y marchándose con ambas, olvidando a su prometida.

Ya desde el principio parece que vayamos a ver una obra épica, de inmensa calidad, que vamos a gozar de hora y media de cine japo. Y esto se consigue en gran medida gracias a la música de Ikuma Dan que suena al inicio y nos acompañará a lo largo de la narración. Puede que sea de lo mejor de un film que al final no acaba de llegar a cumplir las expectativas, sin ser ni mucho menos una mala película. Eso si, de entrada encontramos a Mifune sin su característico bello facial y esto, queráis que no, sabéis que algún punto resta. 

Películas para ver en Halloween (III)

por Carlos P. Llop (@carlospllop)

Y llegó el día de Halloween y con él nuestra última entrada de recomendaciones!


11. El quimérico Inquilino ("Le locataire" 1976)

No podía faltar entre nuestras sugerencias una dedicada a Roman Polanski, autor de thrillers psicológicos y de terror como "La semilla del Diablo" ("Rosemary's Baby", 1968) o "Repulsión" (1965).
En "El quimérico inquilino" el propio director interpreta a un tímido conserje de edificio que decide mudarse. En su nueva habitación una chica intentó suicidarse tiempo atrás, tirándose por la ventana... 
Con el avance de la trama seremos testigos de la evolución del personaje, de una continua paranoia o transtorno psicológico promulgados por un entorno hostil. 
Puede que el director tratara de lanzar crítica a la sociedad y a su modo de despreciar al diferente. O de como uno puede llegar a sentirse al borde de la locura cuando se siente atrapado en medio de una manada social con la que no acaba de profesar. 
Sea como sea, la magnífica ambientación del film, su tempo narrativo, su historia en general... te atrapan desde el inicio hasta el final. Obra de culto de un genio del género que sigue haciendo filmes interesantes, aunque un poco alejados de este ambiente. Si bien es cierto que en 2010  se tomó un permiso para realizar un thriller algo intrigante "El escritor" ("The Ghost Writter") empezamos a echar de menos algo más de este palo, aparentemente el que mejor maneja el polaco. 

12. Para entrar a vivir ("Para entrar a vivir" 1976)

De regreso a los productos patrios se antojaba necesario recomendar este telefilm de 65 minutos dirigido por Jaume Balagueró (Rec) y que formó parte de una colección de 6 entregas a las que bautizaron como "Películas para no dormir". 
Lejos de algunas de sus compañeras, esta obra consigue transmitir en su justa medida lo que se plantea; verdadera angustia. Balagueró mantiene el timing a la perfección y a fraguar un espectáculo terrorífico redondo ayudan y mucho las actuaciones, sobre todo la de una excelente Núria González, a la que el papel de psicópata le va como anillo al dedo (Si en los Serrano ya parecía una neurótica imaginaos aquí).  
La historia es simple pero jugosa, Clara y Mario, una pareja de jóvenes que busca piso donde instalarse y están hartos ya de visitas (cuan duro es encontrar el piso adecuado!). Todo parece la mar de normal... pareja de enamorados que avanza en su coche bajo la lluvia torrencial hacia la que esperan sea la casa de sus sueños. La agente inmobiliaria (Núria González) se ha encargado de insistir  en que les va a encantar y será el adecuado una vez hechas todas las reformas, pese a que en un principio parece que no reúne las condiciones que ellos esperaban deciden entrar. Pero una vez dentro quizá salir de allí no les resulte tan sencillo... (Chan, chan, chaaaaaaan - musiquilla de terror!-).

"Cera" Corto de terror

De la mano del amigo @Davidgartor, productor de "Cera" (2014) nos llega la noticia del estreno de este cortometraje de terror justamente hoy aprovechando día de Halloween.
"Cera" ha sido dirigido por Antonio Sanz, estudiante de cine en la ECAM, que realiza proyectos audiovisuales junto con Tuelf Producciones. Fue también director del corto "La invasión de los pandas", galardonado en el concurso "No te cortes".

Por supuesto desde Espanish Inquisition tratamos de hacernos eco de todo lo que nos llega a las manos, así que os dejamos el corto a continuación.

 

Equipo técnico y artístico:

Director: Antonio Sanz
Productor: David García